¡Habítame
Señor!
¡Habítame
Señor! Mi ser entero te da la
bienvenida. Ocupa mi corazón, anídate en
cada rincón. Aduéñate de cada parte,
instálate aún en los lugares secretos de mi vida que yo desconozco. Remueve los escombros del pasado y del dolor. Limpia, purifica, desinfecta y
desodoriza. Pon en orden todo aquello
que es necesario organizar en mi vida.
Quema los malos recuerdos, deshazte de la amargura. Imprégname con el perfume de tu gracia
redentora.
¡Vive en mi
Señor! Resucita las partes que están
secas o muriendo. De cada célula, nervio
y tejido toma el control. Ocúpame por
completo Señor, no quiero un espacio desierto.
¡Llénalo todo Señor, inúndame por completo! Hasta que solo seas tú y yo pueda reflejarte
por completo. Quiero de ti ser absoluta,
yo te pertenezco y tú me perteneces. Tú
eres mío yo soy tuya. Pues aún antes de yo
poder comprenderlo, mi corazón te pertenecía.
Eres mi dueño, mi benefactor, la luz que guía mi sendero.
No puedo
acudir a otras fuentes, tú eres el agua que me da vida. Establécete en mí perpetua y soberanamente. Mi alma, corazón, cuerpo, pensamientos y vida
se rinden a tu disposición. Quiero
desembocar en el mar de tu presencia.
Esta es mi plegaria y canción.
¡Tú eres el fuego de mi pasión!
Rindo mi voluntad, a ti yo estoy sujeta.
Sé eternamente el que fluye, dirige y llena la totalidad de mi vida.
Autora:
Brendaliz Avilés
Escrito Para:
www.brendalizaviles.com
http://sandalodecristo.blogspot.com
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